Domótica

 DOMÓTICA

El término domótica se refiere al conjunto de tecnologías que permiten la automatización y el control inteligente de la vivienda. Los hogares inteligentes usan sistemas domóticos principalmente para el ahorro energético, pero también para aumentar la calidad de vida, permitir una mayor versatilidad de la distribución de la casa y conseguir que la vivienda sea más funcional y multifacética. 

Las tendencias arquitectónicas y las tecnologías más avanzadas se unen para crear diseños polifuncionales y personalizados que permitan controlar iluminación, termostato, seguridad, cerraduras y entretenimiento doméstico desde la comodidad de un pequeño panel de control. 

Hay cinco elementos básicos que son imprescindibles para una instalación domótica:

  • Central de gestión.
  • Sensores.
  • Actuadores.
  • Soportes de comunicación.
  • Aparatos terminales.

¿Cómo se aplica la domótica?

La evolución tecnológica ha permitido que la domótica evolucione rápidamente de manera que en la actualidad ofrece soluciones para todo tipo de viviendas. También se ha logrado disminuir el costo y simplificar el proceso de instalación, lo cual hace esta tecnología cada vez más accesible. 

Un sistema domótico utiliza distintos sensores para recoger información, procesarla y emitir órdenes a actuadores específicos. Por ejemplo, sus sensores son capaces de reconocer cuando el césped requiere agua y encender automáticamente los rociadores. También es capaz de encender la iluminación exterior al notar movimientos, accionar la cafetera inteligente todos los días a las seis de la mañana o llamar automáticamente a los bomberos si detecta un incendio.  

Para que todo esto sea posible, la red de control del sistema domótico debe integrarse con cada una de las redes de la vivienda: energía eléctrica, telefonía, televisión y tecnologías de la información. 

     


¿Cuáles son los beneficios de la domótica?

Las aplicaciones de la domótica son incontables, pero las más comunes se centran en generar beneficios básicos mejorando el confort, la seguridad y el ahorro energético a través del panel de control (o remotamente, a través de un teléfono inteligente).

Antes de incorporar un sistema domótico es necesario valorar la funcionalidad, fiabilidad, facilidad de uso, calidad, estética y las posibilidades de modificaciones o ampliación. Luego se podrá evaluar qué instalar y cómo. De esta manera, las casas no solo se hacen más inteligentes, sino que además son más polifuncionales y flexibles. 

Aunque cada día se ingenian nuevas aplicaciones, todas se centran en mejorar la calidad de vida del ser humano. Hay cinco categorías en las que se podrían agrupar los múltiples beneficios de la domótica:

  • Gestión energética: racionalización de cargas eléctricas, gestión de tarifas, informes de consumo electrónico.
  • Confort: gestión de dispositivos y electrodomésticos, climatización, ventilación, iluminación natural y artificial, riego.
  • Seguridad: simulación de presencia, controles de intrusión, vigilancia automática de personas o animales, detección de incendios o averías.
  • Comunicación: control remoto y supervisión a través del móvil, transmisión de multimedia con redes locales (LAN) y videoconferencias.
  • Accesibilidad: asistencia para personas con discapacidades, servicios de teleasistencia.
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